Aries es el primer signo en un horóscopo en reposo. Es necesario un impulso agresivo para lograr individualizarse y salir del caos indiscriminado e inconsciente de Piscis. Aries es un signo de Fuego y como tal avanza y arrasa. Es un signo cardinal que invita siempre a la expansión, a la acción que inicia. Una fuerza que siempre está buscando metas, mas por el hecho de accionar que por lograr la meta en sí, es esto también lo que los hace tener una actitud agresiva, emprendedora, de reacción belicosa, deportista y competitiva. Una energía incansable, potente y siempre entusiasta. Grandes motivadores que saben contagiar todo ese impulso propio a otros estimulándolos a tomar coraje.
Esta energía esta asociada al Arquetipo del Guerrero, y es activando a este guerrero interno, cuando nos podemos impulsar a cosas nuevas y corrernos de la desidia, de la “zona de confort” que puede instalarnos en un estancamiento. Sabemos que a veces es necesario movernos de estos terrenos conocidos y adentrarnos a lo nuevo como a una aventura a transitar, o hacia experiencias que requieren nuevas conquistas para un mejor desarrollo y fortalecimiento de nuestra personalidad.
Es el planeta Marte quien rige a este signo y que nos invita a tomar las armas psíquicas para soltar los miedos y cruzar los límites de la conciencia para aventurarnos hacia una nueva autoafirmación. Como todo arquetipo, también tiene su parte menos favorable, ya que es una energía que puede ponerse extremada e innecesariamente agresiva, estar a la defensiva constantemente, usando toda esa fuerza e impulso sin ningún tipo de consideración.
En los trabajos de Hércules, el mito de Hércules y las yeguas de Diomedes es el que representa a esta energía de Aries. Cuenta el mito que cuando Hércules tiene que capturar a las yeguas devoradoras de hombres con su querido amigo Abderis, lo pudo hacer sin ningún problema, ya que sabemos es un héroe fuerte y poderoso, pero cuando tenía que pasar las yeguas por un portal al reino de Diomedes, el rey quien le había encargado la tarea, se alejó sintiéndose orgulloso de su tarea para vanagloriarse ante el rey y le dio la espalda a su amigo. Abderis no pudo contener a las yeguas y éstas lo matan. Finalmente Hércules tiene que volver a hacer el trabajo con el dolor y el pesar de la pérdida de su gran compañero y amigo. Esto indica el carácter orgulloso, inconsciente e impulsivo que a veces puede tener esta energía, no midiendo las consecuencias de sus actos o ser demasiado autorreferencial como para tenerlas en cuenta, ni darse cuenta de cuáles serían los posibles resultados de sus actos sin tener consideración hacia los demás..
Ares (Marte para los romanos) era el dios de la guerra para los griegos, el dios más detrimentado del Olimpo ya que lo consideraban torpe, violento y conflictivo. Desde su nacimiento, algunas versiones mitológicas cuentan que fue rechazado por sus padres, nada menos que Zeus y Hera. Otros mitos afirman que es hijo solo de Hera y no de Zeus. Esto podría ser un indicativo de que los nacidos bajo este signo, tengan esta íntima e inconsciente sensación de rechazo, con lo cual siempre “hacen” para poder lograr algún tipo de “validación”, esto por supuesto es una configuración psicológica que tal vez no tenga nada que ver con la realidad implícita de la persona, pero esa competitividad y esa necesidad de destacarse ante los demás, es también la búsqueda de una aprobación que no llegó o no estuvo en la medida de ser satisfecha.
Aries tiene que lograr la propia aprobación, la propia autoafirmación. Integrar y empoderarse desde la figura del dios Marte, el Dios principal para los romanos, quien se fijaba claramente los objetivos y usaba toda esa energía sabiendo qué terrenos había que conquistar y en qué y cómo usar su energía y potencia. Entender y equilibrar ese gran impulso intuitivo a veces se lo puede dar su signo opuesto, Libra , a través del entendimiento, la comprensión, la causa, el propósito y un sentido de justicia que va más allá de los deseos personales.
NUMEN – Escuela de Astrología y Lenguajes simbólicos –