El mandala es una unidad de orden, representa lo que se concentra, lo que se repliega, lo que se expande, lo que muta. El eterno circular de la energía, el eterno ir y venir. El mandala representa la evolución, el autoconocimiento.
Metáfora de desintegrarse para integrarse, el mandala contiene la esencia en diferentes grados. Sugiere movimiento, dinamismo e infinitud.
Según Carl Jung, dibujar mandalas es un proceso individual que nos acerca a Selbst, al Si Mismo, al propio Yo Trascendente. Cualquiera sea el motivo que nos lleve a un Mandala, siempre estará cargado por la necesidad psíquica de integración, de autoconocimiento, de una búsqueda interior íntima y profunda, ya sea observándolos, meditando, coloreándolos o diseñándolos, cada actividad estará cargada con la intensión consciente o inconsciente de acercarnos a nosotros mismos.
Dibujar mandalas ordena, integra, relaja, calma, armoniza, pacifica, une, inspira y revela.