Actualmente asistimos a una hiperactivación del arquetipo uraniano, no sólo por estar en la Era de Acuario, sino también por el ingreso de Plutón en este domicilio. La última vez que el denso Hades pasó por esta estación astrológica, se produjo la Revolución Francesa. Urano, por lo tanto, nos trae una fuerte dominante colectiva que -sin dudas- es revolucionaria, pero para funcionar de un modo integrado, no puede ser separada de la experiencia y la metabolización personal. Leo sin Acuario se sumerge en una autorreferencia sin límites, pero Acuario sin Leo se deja arrastrar por movimientos colectivos sin cuestionarlos ni actualizarlos en su propia vida como todo símbolo requiere.