BIENVENIDO LEO

Bienvenido Leo

LEO – El Arquetipo del Gobernante

En la rueda zodiacal Leo es el segundo signo de fuego, una energía de modalidad fija. Es un fuego que siempre invita al impulso, al movimiento interior y el autocentramiento. Es el que genera el movimiento en donde nos separamos de lo “materno”, o mejor decir, donde ya hemos tomado todo lo canceriano nutritivo y vamos por una experiencia más individual. Después de pasar por los cuatro signos anteriores en donde el trabajo y la asimilación de quienes somos es más una observación interna, innata e inconsciente, en Leo el trabajo es adquirir, crear y desarrollar una entidad individual desde la conciencia.

Siendo el Sol la luminaria que rige este signo, es sumamente significativo que este astro como centro de nuestra galaxia, es también la potencia, la luz y la maravillosa energía que nos invita a ser el centro de nuestra existencia, despojándonos de las dependencias familiares.

Este paso de lo “femenino” (Cáncer – La Luna) a lo “masculino” (Leo – El Sol) también tiene que ver con el paso que hizo la humanidad a lo largo de nuestra historia en nuestra evolución de la consciencia. En muchos mitos se habla de la “devoración” del Sol (lo paterno) de la Tierra o de la Luna (lo maternal), que no es más que el paso que hicimos como humanidad de una consciencia matriarcal a una conciencia patriarcal, de una conciencia de tribu o de masa, hacia generar una conciencia más individualista. Esto puede ser tomado como un indicativo de la necesidad y el impulso que nos da este signo para anclarnos como centro de nuestra consciencia, siendo el Ego quien debe hacer este arduo viaje de corrernos del “clan familiar” o del sentido de masa, para una conquista propia y superadora, casi como una necesidad imperiosa pero que no debe ser desmedida. Este paso de Cáncer a Leo es también lo que va a marcar, definir y anclar mucha de nuestra personalidad.

Esta energía siempre resplandece y quiere brillar como un sol, da características sumamente expansivas, creativas, expresivas. Teatrales y dramáticos, nunca pasan desapercibidos. Esto en exceso los puede llevar hacia la egolatría o la megalomanía. Para Jung, siendo el Sol hacia donde debemos ir en nuestra carta natal, es ese centro de la individualidad que él llamó el “arquetipo del Sí Mismo”, el Selbst, que es el ser totalmente integrado; regulando y asimilando sus luces y sus sombras, es tomar esta potencia que nos permite lo que él llamo el proceso de “individuación”. En realidad es una manera de integrar las energías de toda nuestra carta natal, como él mismo lo dice “…el hombre no busca perfección, busca totalidad”.

Los mitos que siempre lo representan son siempre aquellos que hablan de la recuperación de un reinado. Es el Arquetipo del Gobernante, y que está configurado de muchísimas formas en el arte cinematográfico y la literatura universal. Películas como “El Rey León”, “El Señor de los Anillos, el Retorno del Rey”, “13 Guerreros”, etc., son claros ejemplos de ello.

Uno de los mitos que representa esta energía está en las historias del Rey Arturo, quien cumple con las características arquetípicas del Héroe, (separado de sus padres, apartado de su origen, crece entre gente humilde, destinado a una gloria mayor, etc.) quien después de sacar la Espada de Excalibur de la piedra (la espada de la Verdad, que no es más que nuestra propia Verdad), asume el reinado. Es allí cuando muchos pueblos se sublevan y tiene que aventurarse contra numerosas rebeliones, aventuras e innumerables revueltas y batallas que librar. Esto es indicativo de las resistencias que siempre hay ante un cambio, ya que el “status quo” siempre va a querer perpetuar el “orden ya establecido”, pero sabemos que esto no genera evolución. Así pasa con nuestro carácter, con nuestra personalidad y con nuestra psique, quien se resiste a veces a las necesarias e impostergables batallas que debemos librar para hacer el cambio necesario hacia nuestro desarrollo. El signo de Leo es el que puede dar ese impulso, es una voluntad dirigida para corrernos de lo establecido y adquirir una fuerza de voluntad propia y superadora.

En su fase negativa, toda esa potencia adquirida lo puede volver un tirano, un déspota, que una vez asumido el poder, es él mismo el que se resiste a los cambios y no acepta otra voluntad que no sea la propia.

Leo es entonces la energía que nos impulsa a ser creativos, y esto en todos sentidos, creamos nuestros proyectos, nuestras ideas, nuestras habilidades artísticas, a nuestros hijos, nuestras amistades y nuestro entorno. Ver nuestras creaciones es también ver cómo vamos desarrollando nuestras potencialidades, nuestra personalidad. Es así como vamos afirmando constantemente nuestro carácter. Observar que estamos creando es también observar cómo estamos siendo.

El opuesto complementario es el signo de Acuario, quien ayuda a despojar al Ego del autocentramiento excesivo e invita a la igualdad y a aceptar al otro con sus diferencias. Como hace el Rey Arturo cuando junta a sus Caballeros en la Mesa Redonda donde el centro es toda una unidad de diferentes individualidades, Leo al comprender esto, enaltece su energía y ennoblece a los demás.

NUMEN – Escuela de Astrología y Lenguajes simbólicos –

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