La astrología arquetipal surge de una fusión entre los aportes de la astrología clásica y la teoría psicológica de Jung. Lejos de ser una astrología predictiva o interesada en conocer el futuro, se trata de una disciplina que toma los 12 signos del zodíaco y los planetas como arquetipos, vinculándolos a la experiencia humana. Esta astrología se basa en la interpretación de símbolos mitológicos, que al ser universales atraviesan a la totalidad de nuestra raza porque son producto del inconciente colectivo.

Como el arquetipo es un molde primario que conduce a cierto tipo de acción o comportamiento, podemos deducir fácilmente que al resonar con cierta imagen arquetipal estamos involucrados con cierto camino, con cierto mito. Los mitos tienen ese gran valor: cuentan una historia donde un principio arquetípico comienza, se desarrolla y llega hasta consumar su forma. En la semilla se encuentra toda la información de lo que será la planta completa. 
Para Jung todos vivimos un mito y la clave está en saber cuál es. Esto mismo plantea la astrología arquetipal. No somos títeres de astros materiales, sino que resonamos y nos entrelazamos con ciertos arquetipos que van interactuando y describiendo la dinámica psíquica. Saber cuáles son esos arquetipos nos ayuda muchísimo a adueñarnos de nuestra fuerza y re-dirigir nuestro camino. En el caso de la astrología arquetipal, los arquetipos tienen nombres planetarios y se entrelazan con la mitología griega y romana. 
Así como podemos usar los mitos griegos, romanos y nórdicos para hacer comerciales producciones de Hollywood, también podemos usarlos para comprender la naturaleza humana y servirnos de su inagotable sabiduría para conectarnos con nosotros mismos. Lo mismo sucede con la astrología: puede ser usada de manera parcial en un horóscopo de revista o puede ser utilizada con profundidad, a través de los símbolos universales que propone. La astrología, o cualquier sistema de símbolos (como el Tarot, el I Ching, las Runas, etc.) pueden usarse como palanca para producir pensamiento y conectarnos con el lenguaje inconciente; o pueden ser utilizadas de otras formas. 
El problema de la mala utilización de la astrología no es una falla de la propia astrología como sistema de símbolos, sino del ser humano como lector de los mismos. Todo depende de qué uso le demos a los elementos que se nos acercan.  La astrología arquetipal como rama diferenciada y con entidad propia es relativamente joven, porque surge a partir de la aparición de astrólogos y astrólogas con fuerte formación psicológica y Junguiana. De a poco estamos haciendo lo posible para difundirla y para que la sociedad pueda beneficiarse de este enfoque.